Acudieron a mi consulta, en un corto intervalo de tiempo, dos pacientes que presentaban similares síntomas digestivos con alguna que otra variable personal.
Molestias en «el estomago», uno lo refería en la boca del estomago y que se irradiaba el dolor hacia la espalda, en un caso, y otro hacia la región subcostal izquierda acompañado de flatulencia, malas digestiones y acidez acusada en un caso. Sensación de plenitud prolongada tras la ingesta de alimentos y en ambos casos hay un componente de ansiedad y nerviosismo casi permanente.
En un caso hay una sospecha de piedras en la vesícula, diagnosticada por TAC que nunca le provocó dolores de tipo cólico.
En el otro caso hay un diagnostico de hernia de hiato sintomática, principalmente nocturna.
La exploración del abdomen, en los dos casos, era absolutamente normal, no había defensa, no se palpaban masas ni aumento del volumen de algún órgano.
El tratamiento lo hice ajustando diferentes analgésicos, espasmolíticos y fermentos digestivos hasta corregir sus síntomas.
El cuadro se puede definir como «Trastornos psicosomáticos abdominales«por la relación entre una «patología funcional del aparato digestivo» y un cuadro de ansiedad, nerviosismo y angustia ante el dolor, el cual era de umbral bajo en los pacientes, que causaba alarma exagerada. Dicha relación puede llevar a pensar que pueden padecer un proceso patológico severo, lo que, en estos casos me llevó a realizar sendos TAC abdominales previos al tratamiento para descartar dicho proceso patológico, como así fue.
Por último, y lo más importante, fueron las conversaciones prolongadas y aclaratorias con los paciente para tranquilizarlos, consiguiendo, aparentemente solucionar dichos cuadros.