La jornada se desarrolló en dos etapas. La primera es a la que me voy a referir porque considero que aportó más novedades.
Se desarrollaron seis intervenciones medianas y pequeñas sobre patologías anales como hemorroides, fístulas de ano y quistes pilonidales sacros (patología muy frecuente), y se afrontaron diferentes formas de resolución. Una de las intervenciones la realizó el cirujano italiano Dr. Longo, concretamente unas hemorroides con un rectocele vaginal.
En las intervenciones sobre quistes pilonidales se realizó la técnica de la marsupialización, francamente sencilla pero que conlleva bastante tiempo de ejecución para tener el mismo resultado que una exéresis en bloque del quiste. Consiste en puesta a plano del trayecto o los trayectos fistulosos con legrado de todo el tejido afectado y, posteriormente, la fijación con puntos reabsorbibles de la piel al tejido subcutáneo afectado por el quiste, dejando abierta la herida para una cicatrización paulatina. No es rentable en una jornada de peonada por el tiempo prolongado de la técnica. Se incidió mucho en no cerrar piel en surco interglúteo debido a las tensiones dérmicas contrarias a ese nivel, que dificultarían su cicatrización.
La intervención sobre una fístula intraesfinteriana resultó interesante, ya que se realizó en dos tiempos: el primero aislando y seccionando el conducto fistuloso a través del esfínter sin dañarlo, y el segundo intentando resecar todo lo posible el trayecto fistuloso hasta la piel, legrando con una cucharilla el remanente que quedase.
Destacaría las dos intervenciones sobre patología hemorroidal:
•En la primera (unas hemorroides con prolapso mucoso rectal) se realizó una plicatura de la mucosa rectal por encima de la línea pectínea, con sutura continua ascendente en los cuatro puntos cardinales del tubo rectal, y posteriormente un cauterio de las hemorroides con láser. Sencillo e interesante.
•En la segunda el Dr. Longo realizó su técnica «STAR» en unas hemorroides con un pequeño prolapso rectovaginal con doble grapado en semiluna de la mucosa rectal. El resultado fue la retracción hemorroidal rectal externa y la resolución del prolapso. Hay que ser muy cuidadosos en el grapado para no atrapar la pared vaginal posterior.
En resumen: son diferentes soluciones a una patología muy trillada, en las que las opciones clásicas también producen buenos resultados, por lo que lo ideal es que cada profesional realice la que más está habituado y con la que tenga más éxitos.